jueves, 19 de agosto de 2010

Aprendiz

“¿Y qué hago entonces para cerrar con llave?”
Cerró.

Yo me crucé de brazos y de piernas
Sentada en la jardinera donde le pedí perdón
Llovía en la montaña
Podía verse
Y él se paró por un momento a contestar el teléfono.
Un timbre que no me gustaba
Una voz allí que me ignoraba.

“¿Llevas las llaves?”
Me entregó las suyas y se puso la chaqueta
No dijo nada
Sólo se alejó
Con las manos metidas en los bolsillos
Y silbando que me olvidaba.

Yo pensé
No pude
Y me venció la tormenta que vi caer sobre otras casas
Arriba
Donde también el plomo caía del cielo
De un dedo.

Me borré.

La puerta quedó sin llave
Pero trancada por dentro.
Ya ni yo podía entrar a esa casa a escamparme.

Me ofreció fumar
Y apenas le recibí un tinto.
La calle sería grande
El tráfico rápido y loco
Mi cabeza no podría con tanto.
Ya estaba atomizada
Y moribunda.
El agua que no llovía
Me daba frío.

“¿Y a qué viene todo esto si ya vos sabías?”
Sí, sí, ya sabía
Y morir también sabemos
Pero no sabemos morir
Tras las puertas y ventanas mojadas
No aprendí la lección que me gritó todos estos años.
Estos daños.

Arrojé las llaves a la alcantarilla.
Y bajo un puente ruidoso encontré una familia
Rota, desconfiada
Famélica
Que en la noche me sembró una navaja para no devolverme unas cosas.

Me fui y no fue nada.
Me fui y fue cerrar sí la puerta con llave.